"Sin puertas", por Luisina
Las puertas nos permiten pasar de un lado a otro, se transforman en portales, se abren para darnos la bienvenida. Pero también se cierran, nos dejan afuera o adentro. Nos cierran o encierran. En el taller, Luisina usó la temática para mostrarnos desde el título que para la protagonista de este texto, el paraíso sería evidentemente un lugar en el que no haya puertas. Sin puertas Daniela era una chica muy tímida, no hablaba con nadie, no le contaba nada a nadie, ni siquiera a su mejor amiga. Nadie sabía que ella le tenía miedo a los cuartos cerrados. Una noche, ella sintió ganas de ir al baño y al levantarse sintió un escalofrío en la espalda. Daniela instintivamente giró para ver, pero no había nada. Entonces, siguió con lo suyo, entró al baño. Como siempre, dejó la puerta entreabierta. Cuando ya estaba casi por salir, la puerta del baño empezó a cerrarse lentamente. Cuando se dio cuenta, ya era tarde. Trató de abrirla pero no pudo. Entonces, apoyó las manos en el lavatorio y se miró a