LOS CUENTOS DEL TALLER: "Como el color de la sangre"

Pasamos a dejarles el cuento de las buenas noches, por ello hoy les compartimos un texto de Dana, alumna del Taller de Iniciación Literaria, realizado luego de compartir lecturas de cuentos  fantásticos y de terror. Esperamos que disfruten la lectura de este relato inquietante que esta joven autora nos regala.
Ilustración: Ángeles -Taller de Plástica Tridimensional, Prof. Paola- Técnica: digitalizado.

           

COMO EL COLOR DE LA SANGRE

     Amanda estaba cansada, intentaba hacer de todo para que Esteban le prestara atención: le tiraba indirectas, se encontraban “casualmente”, le dejaba regalos en el casillero de él. Pero nada, no lo lograba, ella decía que lo amaba, que lo quería tanto, y era así. Pero algo ya tenía claro, lo iba a conquistar pase lo que pase.
    Un día Amanda, emocionada, fue corriendo para el gimnasio, llegaba tarde para ver a su amado jugar rugby. Debía confesar que le resultaba extraño que un chico con su contextura física jugase al rugby, porque la verdad era que Esteban era alguien muy flaco, y aun así, hermoso.
Cuando llegó, abrió la puerta del gimnasio, buscándolo, pero le sorprendió encontrarlo desierto. Sumamente intrigada por la soledad del gimnasio a una hora en la que deberían estar en plena actividad, fue a fijarse en los baños del club si había alguien. Pero lo que vería la llenaría de sorpresa.
     Sin ser notada, pudo ver claramente cómo Esteban entraba a los vestuarios, pero no estaba solo, estaba con una chica, una pelirroja. Eso enfureció a Amanda, y se obligó a sí misma para no entrar a separarlos de lo que sea que estuvieran haciendo. No iba a hacer eso, por mas que quisiera,ella no era así. Solo se quedo ahí, esperando.
     Cuando por fin lo vio salir,disimulada tras su escondite, se preguntó por qué salió sin aquella chica pelirroja. Pero le importó muy poco, ya había visto bastante. Y se quedó pensando tanto, repasando maquinalmente la extraña escena, que no se dio cuenta de que Esteban ya se había ido. Frustrada, se fue del gimnasio esperando llegar a su casa y empezar un nuevo día, donde no existieran las historias de amor, donde aquellos profundos ojos negros no se le clavaran como aguijones en el corazón.
     Al día siguiente, Amanda caminaba por los pasillos de su escuela en busca de su casillero, le emocionaba haber llegado temprano ese día, ya que no escuchaba todo el murmullo que se producía cuando todos estaban en el pasillo.
     Caminó por el pasillo tranquilamente hacia su casillero,  pasando frente al laboratorio. Y bien pudiera haber llegado, si no fuera porque un brazo, la jaló y la entró en el laboratorio. Asustada pudo ver que se trataba de aquella misteriosa pelirroja.
—¡Corre, escapa, no te dejes llevar! — alcanzó a susurrarle antes de caer desplomada al suelo.
     Todo había sucedido tan rápido. Amanda trató de levantarla, mientras unos brazos increíblemente fuerte la ayudaron. Ella se quería morir de la vergüenza al ver a su lado a Esteban. No le gustaba haberse encontrado a Esteban en esta situación, se moriría si pensara que ella le había hecho algo a aquella pelirroja.
     Amanda no podía decir nada, solo lo miraba. A pesar de la situación en la que estaban, como si estuviera hechizada, ella solo pensaba en lo mucho que le encantaría que ese chico pelinegro la amara tanto como ella a él.
      Súbitamente, como por arte de magia, el chico se le tiró encima, soltando a la pelirroja que continuaba desmayada, y dándole a Amanda un ardiente beso.
      La chica, sorprendida, se dejó besar como llevada por un sueño. Esteban fue bajando por su cuello, mientras Amanda se sentía sencillamente feliz, estaba con el chico que le gustaba.
     Sin embargo, le llegó un dolor horrible, como de dos pinchazos agudos. Después, sintió como algo se le salía del cuerpo, como si le estuvieran robando algo suyo. Sentía como la sangre se le iba, literalmente.
Ilustración: Delfina- Taller de Plástica Tridimensional, Prof. Paola- Técnica: lápiz y tinta.
     
   Lo último que Amanda pudo ver, era a su amado, con los ojos rojos, sus colmillos mas grandes, y un aura negra rodeándolo por completo, para después caer en un sueño infinito. 


Texto: Dana.
Taller de Iniciación Literaria.




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