El conductor, por Donato
Animarse a explorar la propia escritura, casi como si fuese un juego, tomar la palabra para atreverse a contar historias que van surgiendo al amparo de la inspiración de las lecturas compartidas (como los cuentos de "Noches siniestras en Mar del Plata", de Mario Méndez, por ejemplo), es lo que ha empezado a hacer nuestro nuevo alumno del taller, Donato. Después de leer, escuchar los relatos de sus compañeros, ensayar formas de escritura, decidió sacar a la luz este, su primer microrrelato fantástico realizado en el taller de Iniciación Literaria, que hoy tenemos el agrado de compartir con ustedes para que lo disfruten tanto como nosotros.
EL CONDUCTOR
Un día una persona estaba esperando
al borde de la Ruta Provincial 8, haciendo señas a los coches. Un conductor de
una camioneta azul, de pronto, frenó para subir al viajero. Al hombre le pareció curioso que las letras de la patente formaban la palabra FIN, seguidas por un número cualquiera que no fue capaz de recordar.
Ya dentro del vehículo, el pasajero le dio las
gracias y empezó a darle charla, pero notó
que el conductor no respondía, solo asentía con la cabeza. Al viajero le resultaba un hombre muy raro, pero siguió conversando y tratando de ser
amable con el conductor, que se mantuvo en silencio durante todo el viaje.
Cuando llegaron a destino, el conductor dejó
al muchacho en la puerta de su casa y se fue.
Después de un par de semanas, el
muchacho estaba pintando la habitación
de su casa y buscó diarios viejos para cubrir el piso para que no se
manche. De pronto, vio en una de las páginas de los amarillentos periódicos, una
noticia de mayo del 2005 que lo dejó sorprendido: informaba sobre un choque en
la Ruta Provincial 8 en el que había perdido la vida el conductor de una camioneta
azul. En la foto de la noticia podía verse claramente la patente que estaba intacta a pesar de que el vehículo estaba bastante averiado: FIN 675.
DONATO
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